En Interior 9, Manuel Calderón retoma el autorretrato y la exploración del espacio a través del dibujo, esta vez incorporando el movimiento como un elemento clave. A partir de la rotoscopía, una técnica histórica de animación, el artista crea una serie de 650 pequeños dibujos que, proyectados en secuencia, dan forma a una pieza de video de 2 minutos.
La animación muestra a un personaje —un autorretrato— en un recorrido incesante por espacios esquemáticos que evocan la estructura de un edificio de viviendas. Esta sensación de desplazamiento sin pausa se refuerza en la instalación, donde la totalidad de los dibujos se exhibe siguiendo el orden de una cuadrícula sobre la pared, estableciendo un vínculo visual con la arquitectura habitacional.
Con esta obra, Calderón amplía su investigación sobre el habitar, utilizando el dibujo no solo como herramienta de representación, sino como un medio para cuestionar la relación entre el cuerpo y los espacios preconstruidos. La acción repetitiva del personaje, atrapado en un movimiento sin término, sugiere una rutina marcada por la insatisfacción, añadiendo una dimensión temporal a su exploración del entorno.